Enólogo Reynaldo Rodriguez
Un enólogo mexicano que desafía cualquier reto, presenta con orgullo un producto de calidad y compromiso, y comparte su trayectoria a través del amor por el vino; Reynaldo Rodríguez tiene tatuado en su corazón Valle de Guadalupe.
Al llegar a este mágico lugar situado en el corazón del Valle Quinta Monasterio, se puede apreciar la flora, el reconocido spa Viniphera creado a base de materiales reciclados, el espectacular arte del mural donde se encuentran las barricas y del interesante recorrido. El gran conocedor y excelente anfitrión, compartió con el equipo su conocimiento, y divertido sentido del humor...
C!: ¿Cómo inició el proyecto?
Inicio mi abuelo en la época del reparto de tierras cuando se forma el Ejido. Mi padre estudió enología en Madrid en los años 70´s, no se dedicó a la producción del vino pero siempre tuvo el sueño de unificar las uvas que mi abuelo plantó. Logré estudiar en España una maestría y regresé al Valle como enólogo en el 2006, cuando el Valle no tenía pavimento y no existía la Ruta del Vino como la conocemos. ya tenemos una década haciendo vinos, pero más de 40 años produciendo uvas.
C!: ¿Cómo eligió el nombre de la vinícola?
Tenía que definir un nombre comercial que tuviera un relato de la época, indagando información, los monjes fueron clave dentro de este Valle, estuvieron catolizando, buscando oro, y plantaron las viñas por acá. Así que empecé con “Quinta Monasterio”, antes Quinta Rodríguez.
C!: ¿Qué tipo de vino produce?
Tenemos el Blanco “Natal”, uno joven “Datum” significa regalo en latín, Cabernet Merlot, Sinfonía de Tintos que es de las viñas que plantó mi abuelo con varietales distintos, elementos, una orquesta de sabores.
C!: ¿Cuál es su vino preferido?
Es como decir a qué hijo quiero más, uno es bueno para el fútbol, otro para las matemáticas, otro para la música, uno para el romance… cada uno tiene su talento, depende del enfoque, de mi estado de ánimo, una tarde tranquila: uno ligero, vino de concurso: Cabernet Merlot, Hace calor: uno Blanco; cada uno tiene su talento, y son bien portados.
C!: ¿Con qué frecuencia consume usted vino?
como productor está tatuado en mi vida día a día. Todo el día estoy con el vino, las manos terminan negras después de la Vendimia, el resto del año estás en la parte comercial probando, desarrollas tu gusto con más orden. Como enólogo es más catar que tomar. hay horas para disfrutarlo, lo mejor es antes de la 1 pm, cuando tus sentidos están abiertos te empieza a dar hambre y tienes más concentración en tu cuerpo.
C!: ¿Cuál considera es el factor clave para dar a conocer su producto?
No hay uno específico. Salir a tocar puertas y a ranchar como digo yo. Atender de manera personalizada a los visitantes para que se vayan contentos y transmitan a 10 personas más. Presentar la marca, qué hay detrás, el día a día, son elementos para mostrarse en las redes sociales que hoy son una realidad. Estoy en la corriente, con ritmo, sin saturación, con orden y elegancia, información verídica que cultivé tiene éxito definitivamente. Todo lo que hago siempre es con pasión, sin perder el enfoque.
C!: ¿Cómo ve su proyecto a futuro?
Un proyecto maduro y exitoso, como si fuera un humano. Un producto preparado para los cambios y la demanda nacional e internacional, flexible, en educación y sin estar en contra de cambios drásticos que exija el mercado. Veo un proyecto consolidado a nivel nacional. Nosotros vendemos la mayor producción al interior del país. El futuro es enamorar y seducir a las líneas comerciales en Baja California y Sonora, donde hay un potencial importante.
El tiene el compromiso de tomar más vino, si tomáramos más vino el producto no se iría tan lejos. Es importante educar y enfocarnos en la localidad.
“Cómo enólogo, es más catar que toma. Hay horas para disfrutarlo, la mejor es antes de la 1 pm, cuando tus sentidos están abiertos, te empieza a dar hambre y tienes más concentración en tu cuerpo.”