Ciclos de la vida

Los grandes sabios de la vida han logrado decir “what goes around, comes back around”. ¿Por qué nos es tan difícil despedirnos de una etapa en nuestra vida, de soltar a una persona con amor, o desprendernos de algo que ya no es para nosotros? Hablando de relaciones, a veces uno ingenuo cree que basta con amar hasta los huesos para que todo funcione, pero no, a veces el amor no es suficiente. Terminar una relación no implica tampoco que has fallado, quiere decir que ambos crecieron en distintos canales, que en una de esas corridas de la vida, el otro se fue por otro camino, y está bien. Lo malo es cuando no se aprende a soltar con ese mismo amor que se tiene, que se tuvo; a veces uno se aferra tanto a lo que un día fue y sufre por recuperar lo que sólo existe en un recuerdo, en un pasado, que vive atormentado en el presente. Un día leí una frase que se me marcó como cicatriz, decía, “algunas personas son el camino, no el destino” y cuanta verdad posee.
A uno, no se le da un manual de fácil desprendimiento, y sufre por todo aquello que no quiere dejar ir. Sufrir por amor es de lo más uncool que hay; te duele el pecho, quieres succionar todo el oxígeno del mundo, y la comida te sabe a cartón, tienes insomnio, pierdes fortaleza mental y no logras pensar en otra cosa más que en la persona que ya no está, que se ha ido, y entonces las ansias se apoderan de ti, y comienza a picarte la piel; y así pasan los días hasta que un día te percatas que no morirás, y que la vida sigue.
pero, ¿por qué tener que pasar por todo ese duelo? si los días siguen siendo los mismos, nada ha cambiado, salvo la evidente ausencia de él/ella, pero sigues siendo la misma persona, con un poquito más de experiencias, y recuerdos.
El término de cualquier cosa en la vida, simplemente deja saber que todo es parte de un ciclo; el viene y el va, el comienzo y el fin, las miles de vueltas que da la vida, y vaya sorpresas que se avienta también. Quizá lo he repetido demasiadas veces, pero me gusta pensarlo como optimismo; las cosas siempre pasan por algo, cuando y porque deben; también pienso que el cerrar ciclos, rápido y de buena manera viene en función del desempeño de la situación que despides. La paz, viene como premio de saber que hiciste lo que pudiste, y que diste lo mejor, hasta que llegó un, hasta aquí, con una tarjeta de “siga participando” y así es…
Siempre se feliz confiando en que la vida se acomoda, que todo por su propio peso cae, y que nuestro propósito es seguir en movimiento. Agárrate fuerte de ti mismo, y juega con tu vida. Llénate de todo, y de todos para que nunca estés solo, inclusive cuando no haya alguien a tu lado. La paradoja de la vida es justamente eso,
el aferrarse con todo a lo que se quiere, a lo que se ama, pero saber dejar ir cuando es necesario;
confiando en que en este mundo no tan grande repleto de serendipias, existe la posibilidad de vivir/repetir la misma situación, pero siendo quizá mejores, más capaces; y quien sabe, quizá sea una de esas buenas sorpresas que nos regala la vida, de esas que te hacen creer que después de todo si existe un destino.
Hoy aquí, mañana no sé, pero esta soy yo, la chica de las palabras de más, la que no dice adiós, sino hasta pronto…
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