Carta editorial
¡Hello, queridos CIAO People!
¡Estamos muy emocionadas de presentarles nuestra nueva edición! Protagonizada por la talentosa enóloga y súper mamá, Lulú Martínez, quien ha sido nuestra mayor inspiración este bimestre; su trayectoria es simplemente admirable… Conoce más de ella en nuestras páginas.
Además de ser el parteaguas entre el inicio de año y la edición que da la bienvenida al veranito, “Sofisticada Cosecha” nos abre el panorama a los momentos más esperados del año. Y es entonces cuando retrocedes a revivir experiencias de gozo y disfrute, y dices ¡ahí es! Nos llena de gratitud y orgullo ser quienes plasmamos esas vivencias, siendo testigos de éxitos y entretenimiento, además llamarnos tus aliados, porque lo que más deseamos es tu felicidad a donde quiera que vayas…
En esta edición nos adentramos en la fascinante ‘Ruta del Café’ en La Baja. Nuestro tradicional especial ahora se convierte en la guía que debes seguir para tus “home office”, update con amigos, o paradas técnicas antes del trabajo o escuela.
Descubran con nosotros los rincones más acogedores, cafeterías y reposterías que harán que su corazón (y su paladar) se enamoren.
No se pierdan la cobertura especial del reconocido Beer Fest, un evento que podemos presumir como internacional y que celebra la pasión por la cerveza artesanal, una bebida muy amada en La Baja y en todo el mundo.
¡Disfruten de la edición y no olviden levantar sus copas para brindar por la vida!
Cheers, amigos.
-Perla y Myrna
Conoce más de Lulú Martínez...
Siendo Ensenadense de hueso colorado, en mi familia siempre se comía y se tomaba muy bien! Mi abuelo iba a rellenar sus damajuanas con Cetto, mi bisabuela materna tenía viñedo en San Vicente, mi papá era amante de vinos franceses y españoles, mi mamá me enseñó a comer mariscos y cocinar desde pequeña.
Mi abuelo era cónsul de Dinamarca, y se me hacía como muy elegante y divertido el ser cónsul y poder viajar, conocer diferentes países, los eventos de vestido largo con comida Gourmet y vinos excepcionales. Por eso me propuse estudiar derecho internacional, para poder ser embajador y vivir esa vida que me parecía de ensueño. Una vez inscrita en la facultad de derecho de la UAG, mi mamá me mandó de intercambio a Francia para poder aprender un tercer idioma que era requisito para la carrera.
Me puse a estudiar, y descubrí la parte cultural e histórica tan rica que fue alrededor del vino, eso me terminó de conquistar,a 3 horas en tren estaba la facultad de enología de Burdeos, la más reconocida del país, que debería de aplicar. Y justo eso hice, tomé el tren y tome el examen en la escuela. Me aceptaron y 16 años después regresé con diploma en mano y 11 años de experiencia profesional para empezar esta aventura en el Valle de Guadalupe.
He sido tan afortunada y han sido tantos los logros que no sé por dónde empezar. Si tuviera que escoger solo 1, sería el ser madre y profesionista sin sentirme culpable o mala madre por ello. Es algo que me costó muchísimo lograr.
Era una fibra muy sensible para mi. Hoy a mis 40 años me siento completa y orgullosa de la mujer que soy, de la madre que soy y de la profesionista que soy. Entendí que el mejor regalo que le puedo dar a mis hijos es mostrar con ejemplo que ser buena madre y exitosa en su profesión no es incompatible. Es cuestión de voluntad, amor y tiempo de calidad. El día de hoy mis hijos viajan conmigo, comparten la pasión por la industria y están orgullosos de tener a una mamá dedicada y entregada a ellos y a su oficio. Lograr a ese punto de aceptación sin culpabilidad alguna como mujer, es sin duda mi mayor logro.